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De acuerdo con el último informe “El español: una lengua viva” escrito por el Instituto Cervantes en 2019, aproximadamente 580 millones de personas hablan este idioma alrededor de todo el mundo. Cada una de ellas proviene de un distinto lugar, y cerca de 483 millones son nativas en español.
Para hablar sobre la preparación DELE contaré en el día de hoy con Javier García, profesor de primaria en un centro concertado de la Comunidad de Madrid. Él pasó parte de su carrera profesional en las ciudades de Odessa, TX y Denver, CO (Estados Unidos) enseñando a la población mexicana, y ha preparado una guía para todas aquellos estudiantes DELE que quieran sacarse el diploma aprendiendo en base a una didáctica alternativa. Incluso, las aplica a través de su compañía Cooltourspain en los talleres de graffiti que organiza para jóvenes en Madrid.
Me indica que la primera vez que escuchó acerca de la metodología “Costa’s level of thinking” se sorprendió, pero que ahora la utiliza semanalmente con sus estudiantes. La aproximación a esta didáctica se produjo durante un curso AVID, que persigue empujar al alumno/a hacia el éxito.
Formular preguntas para entender el contenido del mensaje
El principio básico de este tipo de enseñanza se basa en tres pilares. Tal y como los que te puedas encontrar a la hora de construir una casa. Primero tendrás que crear los cimientos. Estos servirán como la base sobre la que se sustenten las demás partes. Después construirás los muros y ya por fin te pondrás con el decorado.
En este sentido, podrás encontrar que el forjado principal se centra en crear preguntas cuya respuesta no muestre complejidad alguna. Imagínate que estás leyendo un texto para un nivel C1 y quieres comprobar que el alumno haya comprendido lo que acaba de leer, entonces le puedes indicar que formule una pregunta relacionada con el texto y cuya respuesta sea sí/no, o que complete una lista con los personajes principales de la historia.
A ello se le conoce dentro del planteamiento de Costa como “gathering”. Es decir, recopilar. El esfuerzo requerido es mínimo y el tiempo de concentración debería ser casi instantáneo.
Seguidamente, a medida que el tiempo de la clase vaya corriendo el alumno/a adquirirá mayor comprensión de la actividad y se le indicará que nos adentramos en la parte del procesamiento. A esto se le conoce como la parte de “processing”.
Hay que saber leer entre líneas, y sacar los aspectos tratados en la sesión en un contexto real. ¿Qué es lo que ya sabe el lector acerca de esa temática en concreto? ¿Podría diferenciar entre dos ideas o contrastar la información con su conocimiento previo? Por ejemplo, delante de un texto en el que se habla sobre viajar, el/la estudiante debería saber indicar las ventajas que tiene hacerlo en solitario, en contra de hacerlo en grupo, solo por su experiencia previa.
Finalmente, llegaremos al último escalafón. Sin lugar a dudas el que requerirá más tiempo para pensar. Se trata de aplicar todo lo aprendido y sacarlo del contexto para aplicarlo junto con la imaginación.
Buscar hipótesis ante lo que vaya a suceder en un evento, o especular lo que vaya a suceder. Teniendo en cuenta que en clase de B1 estéis leyendo un pequeño cuento o actividad, ¿Qué crees que va a tener lugar en la siguiente página?
Fomentar el uso transdisciplinar de las asignaturas
A la hora de aprender y estudiar una lengua como la española, no todo se resume a la gramática. Es fundamental adquirir un léxico variado y eso se podría conseguir mezclando contenidos. ¿Crees que pueden tener relación las ciencias sociales, las matemáticas y la educación artística? ¡Pues claro que sí!Al igual que ocurre con la corriente de las taxonomías de Bloom, hay que retar a los estudiantes para que sientan el desafío de que aprender es descubrir nuevos mundos.